EL ARQUEOLOGO-ANTROPOLOGO-HISTORIADOR.


 

   No sabemos a quien o a quienes se les ocurrió la IDEOTA de tratar de dividir la ciencia, como si se tratara de un pastel, o una naranja u otra cosa divisible. Esta división llamada “especialización”, se convierte en una limitante para los grandes pensadores, o grandes genios, que se ven restringidos a trabajar sobre cierto aspecto de su materia únicamente, e ignorar otros que pueden ser o de hecho son importantes, para complementar su profesión.

  No me imaginaría por ejemplo, a un Pithagora, un Aristotele, un Leibnitz, un Descartes o cualquier otro sabio de épocas antiguas, dedicados al estudio de una sola disciplina científica. El término “SABIO” tiene el significado precisamente, de un personaje que domina varias disciplinas de la ciencia. 

   Y es el Dr. e Ing. Juan Luna Cárdenas, uno de esos sabios casi extraordinarios (opina el Dr. Karl Schmidt), que desde joven hizo su entrada al campo de la Filología y la Lingüística, con estudios sobre diversos idiomas; pero en especial en lo relativo al Aztekatl.

   Nosotros le quitaríamos el casi, y diríamos que el Dr. Luna es el sabio más extraordinario que ha dado el mundo Aztekatl a otros mundos y a otras latitudes. 

   Su obra en los campos de la Filología, la Lingüística, la Arqueología y la Antropología americana, han sido determinantes para el entendimiento del problema no solo del hombre de América, sino en el problema de los idiomas, la etnología, etc, etc.

   Y si no está convencido el lector a nuestras afirmaciones, le hacemos la atenta invitación, a que lea la obra del Dr. Luna Cárdenas, de sus obras, que podrá encontrar en las bibliotecas de las mejores Universidades del mundo, dígase Universidad de Bonn en Alemania, Universidad de Berkeley y de Autzin Texas en E.U., en el Instituto de Investigaciones Bibliograficas y en el Colegio de México en México y otras Universidades de América y el mundo. 

   Sus obras más importantes en el campo de la Antropología,  la Arqueología y la Historia son las siguientes:

EL ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO
PREHISTORIA DE AMERICA
ORIGEN AMERICANO DEL CABALLO
AFRICA CONTINENTE BLANCO
ISLA TEPITO TENUAN (PASCUA)


El ORIGEN AMERICANO DEL CABALLO 

Por el Dr. e Ing. Juan Luna Cárdenas


EDITORA U. TL. I. AZTEKATL

APDO. POSTAL M-8433 

MEXICO D. F



ORIGEN AMERICANO DEL CABALLO

   Hemos estado acostumbrados a oír y a leer en las clases de Historia de México, que el caballo era desconocido en Anahuak y en toda América; se nos ha repetido tanto esta aseveración que, como la mayor parte de nuestros conocimientos, digamos científicos, “los creemos de buena fe”.

   Cuando esta fe tiende a quebrantarse por algún atrevido que pone en duda nuestro dogmático conocimiento, los ánimos se elevan de temperatura, salen a relucir citas doctas y argumentos más o menos fundados y se rebate sin cuartel la revolucionaria intromisión de la duda en la fe de nuestra ciencia.
 

   Por tanto, en la gran mayoría de las mentes existe la certidumbre irrebatible de que el caballo no existió en los confines del Anahuak o sea dicho de otro modo, del Metziko precolombino.
 

   No habría historiador, antropólogo o catedrático de Historia que no trajera a cuento una serie de argumentos tratando de hacer ver que los Amerígenas, desconocieron el caballo antes de la invasión ibérica; por ejemplo las más condescendientes o de templanza de ánimo, dirán:
 

   -“Bueno, posiblemente existió el caballo en algunos millones de años atrás, pero ese caballo desapareció”. 

   Otros, con más conocimientos técnicos dirán:

   “-La prueba está en que no conocieron la rueda, ni tenían carros porque carecían de animales de tiro”.

   Y así, se podrán oír una serie de afirmaciones, todas ellas con base tradicional hispánica, sobre el desconocimiento del caballo y del carro.
 

   Hablar por tanto del origen americano del caballo, resulta un tanto serio, en cuanto al número de oposiciones a la renovación de estos conocimientos dogmáticos que predominan en la ciencia del Metziko actual.
 

   Siempre se podrá argumentar que los caballos fueron traídos por los españoles a este país, y aún habrá quien siga afirmando que los Aztekah éramos tan  salvajes, que creíamos que caballo y jinete eran una sola criatura de Dios.
 

   Naturalmente que este infundio solo es un cuento para niños anormales de manifiesto retraso mental, y nadie, que se precie de cuerdo, puede ya aceptarlo.
 

   Las investigaciones geológicas y paleontológicas muestran otros derroteros diferentes y de ellas se pueden obtener inferencias muy importantes sobre el tema discutido del caballo de América.
 

   Un famoso antropólogo Norteamericano, el señor Owen, en el año de 1850 estudiando unos vestigios culturales logró aislar unos raros huesos que pronto se determinaron como pertenecientes a un tipo de caballo al que el investigador dio el nombre de equis convender.
 

   Pocos años después en México, al construirse el famoso tajo de Tekizkiak, fueron encontrados gran cantidad de huesos de animales llamados entonces “antediluvianos”; había ejemplares de gliptodonte, de camello, de mamut y de una especie de caballo al que se dio el nombre de hiparión.
 

   Siguiendo diferentes caminos y muy diversos intereses, los geólogos en América contribuyeron desde el pasado siglo al esclarecimiento de este problema, que enconadamente se ha persistido en no tomar como resuelto.
 

   Las investigaciones que originalmente eran realizadas con fines industriales para el aprovechamiento de los minerales, no pudieron desligarse de la curiosidad que concurría, al encontrar en los estratos geológicos, ejemplares cada vez más antiguos de la vida sobre el Planeta.
 

   Gracias al cuidado puesto por los geólogos sobre estos restos se ha podido reconstruir la vida en el mundo; por ejemplo, constriñéndonos a nuestro problema del caballo, se ha podido reconstruir en América, como en ningún otro continente, todo un cuadro evolutivo. Se sabe que al finalizar la Era Secundaria o Mesozoica, existían ya perfectamente formados muchos tipos o familias de cuadrúpedos todos ellos pequeños como ratas y pequeños precursores de perros, lobos, leones, etc., sin poder afirmar que tales ejemplares eran precisamente sino simples precursores. Pero muchos de esos animales evolucionaron con el tiempo a diferentes especies nuevas, cuyo desarrollo total se encontrará en la Era Terciaria o Cenozoica. Y es mi deber advertir que, estudiados los estratos geológicos de los distintos continentes, se ha podido establecer un cuadro evolutivo y temporal que relata en que partes del mundo surgieron primeramente tales o cuales especies de animales. Así por ejemplo en América, durante el período Eoceno inferior, ocurren las siguientes cosas: La fauna se manifiesta por la presencia de gran cantidad de insectos que surgen en este tiempo y se prolongan al Mioceno. En los mares americanos abundan vertebrados que suelen alcanzar 30 metros de longitud y con mandíbulas de más de dos metros de largo. Una corriente nórdica de pequeños cuadrúpedos, hizo su aparición caminando a lo largo de las tierras de Canadá, Estados Unidos, México y tal vez más al Sur. Difundiéndose las ardillas, ratas sin cola, venados y corderos. Aparecen el Laphodion, especie de tapír, tronco del Teratherium y rhinocerus, el camello, el protohippus y el Eohippus como primeras especies de caballos en el mundo, pues durante este período geológico no los hay semejantes en ninguna otra parte; existe igualmente el hipopótamo. En tanto que en América del sur, en las formaciones patagónicas o de las costas, desde Puerto Madryn hasta las bocas del Santa Cruz, se encuentran aún restos de moluscos extinguidos en proporción de un 95% equinodermos, mamíferos tales como proscualodontes, hastrapotéridos, proterotéridos, nesodontidos, etc.



Agradecimiento

 

   El más profundo y sincero que expreso en la obra presente, a todos y cada uno de mis excelentes amigos, que desde el Canadá hasta la Patagonia, se han servido proporcionarme datos muy valiosos para poder realizar la Prehistoria de América, y muy especialmente a los investigadores infatigables como Mons. Federico Lunardi de Honduras, como el distinguido Prehistoriador Dr. Federico K. G. Müllerried de México y al distinguido historiador Prof. Luis Chávez Orozco, de México y a mi muy excelente amigo Dr. Tomás Fídeas Jiménez de El Salvador, a quienes debo especiales atenciones.

 

ILNAMIKILIZO

 

Inik Tepaçoani

 

TONALTEUKTLI I AÇKAUHYO

 

Tepahtiani ZENON LUNA (Z. METZTLI)

 

   Itetzinko inin Amoxtli Tlalnamikiliztik no mauizo Tahtzin

Zenka Tlamatini Aztekatl, ak oneçtemaçti ihkuak ni pitzinia, to

Uelkakiztik Tlahtol, to içtakanemiklizzotl, uan zatepan no Teyakan

Ipan Tlahtolyotl, Tenemilizzotl uan Kemiayotl.

Tilintika Tlanelwiliztli ma onka ilhuitl nazis i Tlamatiliz.
                     

                               JUAN LUNA CARDENAS

 

INMEMORIAM

 

Al Gran Jefe de la Orden

 

TONALTEUKTLI

 

Dr. Zenón Luna (Z. Metztli)

 

   Dedico la presente obra a la memoria de mi ilustre padre, Aztekatl de saber extraordinario, quien enseñóme de niño las primeras palabras de nuestro hermoso idioma, y posteriormente mi guía en la Filología, la Historia y la Química.

  Con el firme propósito de alcanzar algún día su profundo saber.                                                                                           

                                                           Juan Luna Cárdenas

 

“Naturalmente, en varios conceptos este libro chocará con la opinión de los historiadores y de no pocos americanistas   Pero yo me atengo a los originales indígenas.

                     Dr. Luis Araujo


INTRODUCCION

   El importantísimo problema de la Pre-Historia de este continente no ha sido en modo alguno, estudiado a fondo, ni en cuanto a sus investigaciones en sentido científico, ni en cuanto a sistematización. Es verdad que muchos hombres han realizado trabajos de importancia indiscutible; pero tienen el inconveniente que se les ha aplicado un criterio restringido (localista) y se ha confundido la investigación científica con simples exploraciones arqueológicas sin concordancia ni nexo con el enorme problema de la Pre-Historia de Ixaçilan (América), y se ha hecho demasiado abuso del decir de los cronistas y conquistadores españoles queriendo referirlo todo a lo que esa pobre gente alcanzó a comprender sin darse cuenta, de que por su falta absoluta de cultura, no podían en manera alguna, aquilatar el valor cultural de los pueblos de Ixaçilan.

   Las investigaciones se han desarrollado en un campo de prejuicios; investigadores de todas las latitudes de la Tierra han intervenido con sus estudios, y estos estudios se han publicado de una manera dispersa y divergen completamente en cuanto al criterio de sus conclusiones.

   No otra cosa podría resultar de esa maraña de ideas extravagantes que han campeado sobre los pueblos de nuestro continente.

   La Pre-Historia de Ixaçilan (América) necesita por tanto entrar en su fase más importante, cual es la de la ordenación y selección de las investigaciones que permitan de una vez determinar las bases esenciales de la científica interpretación, desarrollo y exposición de la vida del hombre de Ixaçilan en los tiempos antiguos

   En esta obra no tratamos ya para nada sobre el problema del Origen del Hombre Americano, ya que este tema ha sido tratado con acopio de datos científicos y con toda la importancia que merece, en nuestra obra EL ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO, aquí por lo tanto, entramos al estudio de los pueblos que ya tienen existencia en nuestro continente. Pero aún en esto, se ha creado confusión sobre la antigüedad e importancia de las culturas; se ha exagerado deliberadamente el número de razas, pues han existido historiadores que de cada aldea han querido sacar una raza (ALGO FANTASTICO); y por lo que toca a la cronología, el freno cretino del cronista español que reducía los siglos a simples años de la vida de nuestros pueblos, se ha aferrado de tal modo a los historiadores que nubla la verdad del tiempo. O bien se ha querido moldear la Pre-Histora de este continente a una cronología y nomenclatura de tipo europeo, según fue determinada para el estudio de las culturas prehistóricas de esa parte del Mundo. Este lamentable error, cuanto a la aplicación del criterio de investigación que ha impedido comprender, que se trata de un sistema nacido de las observaciones hechas “in loco”  de Europa y que por tanto NO ES APLICABLE sino PRECISAMENTE a EUROPA; pero de ninguna manera a otro lugar distinto del cual hay que hacer las indispensables observaciones locales para determinarle su sistema.

   Por eso afirmamos que cualquier estudio que se intente hacer aplicando el sistema europeo, es indebido; así se ve la necesidad de hacer las observaciones generales y estimar las características propias de este CONTINENTE y PRONUNCIARSE por un sistema Ixaçilense, y no incurrir en el ridículo de querer encontrar el paleolítico europeo en todas partes o cosas por el estilo.

   Hay necesidad de saber interpretar el espíritu creador de los grandes forjadores de las culturas que florecieron en estas tierras para poder estimar en su verdadero valor sin que sufra mengua dolosa por error de nuestro criterio.

  

LAS EDADES PREHISTORICAS
 

   Si en Europa designaron las etapas prehistóricas del hombre europeo, simbolizadas por el material de que fabricó sus armas y utensilios; los antiguos historiadores aborígenes de América (Ixaçilan) crearon también las denominaciones que debemos seguir usando para las etapas prehistóricas del hombre de Ixaçilan. Esos nombres, simbolizan, no los materiales usados; sino lo que es más importante: las formas de la existencia social.

   El hombre vivía en pequeños rebaños, dormía al suelo raso  o se albergaba en los árboles, se mantenía de la simple recolección de frutas y raíces, y se veía obligado, como los otros animales, a emprender migraciones durante las estaciones desfavorables, en busca de las frutas de temporada, de los estanques de agua y de los climas apropiados. Su existencia era pues de un ser errante.

   En estos primeros tiempos  la vida de los grupos humanos, muestra una absoluta uniformidad en todo el continente, todos se hallaban al mismo nivel de desarrollo social y espiritual.

   Tiempo después, grandes trastornos climáticos, obligan pronto al hombre a buscar refugio en las grutas o cavernas. Allí desarrolló conceptos nuevos de hospitalidad, sociabilidad y de manifestaciones artísticas, al mismo tiempo que las necesidades le obligaron a inventar sus primeros instrumentos de piedra.

   En esta etapa el hombre vivía aprisionado en sus cavernas o circunscrito a zonas geográficas reducidas iniciándose por tanto la diferenciación idiomática e ideológica.

   Cuando las condiciones climáticas mejoraron, permitieron al hombre bajar a los valles y cuencas fluviales, sin embargo, es la época en que ya el hombre no piensa tanto en correr al acaso, sino que intenta (por la necesidad) establecer zonas geográficas de predominio, aprende el uso de muchas plantas, se inicia en el uso de las tramas y tejidos toscos con fibras vegetales, practicando otras modalidades artísticas. Pero el predominio sobre esas zonas solo lo ejerce por temporadas, pues solo ha conseguido establecer campamentos durante las épocas propicias. Pero esto, ya es un adelanto en el aspecto social.

   Posteriormente construye conglomerados pequeños de casas sencillas, aprende a utilizar el barro, aprende a usar el hueso y los metales, del simple laminado a golpes, pas a la fundición. Entonces el hombre ha establecido ya normas precisas de vida, ha sentado los principios de las relaciones sociales y sobre todo ha surgido de su cerebro la grandiosa creación de la cultura en todos sus aspectos, el Arte, la Política, la Religión, la Escritura y la Numeración, para seguir posteriormente la Medicina y la Astronomía.

   Pero el continente presenta ahora un panorama completamente falto de unidad, pues las manifestaciones de progreso y el avance de los grupos se ha realizado irregularmente en el tiempo, es decir, no es uniforme y general para todos; pues mientras en unos fue una necesidad imperiosa la actividad creadora y organizadora, en otros fue simplemente una acción de simple asimilación, y, finalmente, fue una fuerza indiferente que no les conmovió a pesar de todas las tragedias que se desarrollaban en el vasto Ixaçilan.

   Surgen los grupos humanos diferenciados, unos, con cultura propia, es decir Creadores de Cultura; otros, material culturable, es decir, Asimiladores de Cultura y finalmente, los pueblos rudos, que aislados de todo sentimiento de progreso se vieron obligados a refugiarse en las regiones inclementes y más apartadas.

   La historia del hombre de Ixaçilan, no puede esquematizarse por tanto con decir que se encontraba en la Edad de la Piedra o en Edad del Hierro, por la sencilla razón de que estos conceptos encierran la idea de un estadio cultural del hombre europeo, que en ningún caso es comparable ni menos equivalente al estadio cultural del hombre de Ixaçilan. Tenemos necesidad por tanto, de recurrir a la nomenclatura y conceptos de los pueblos de este continente.

   Tampoco es posible usar de la generalización en las ideas, es preciso hacer el estudio reduciendo a círculos culturales que se van destacando en el panorama prehistórico; pero sería absurdo pretender exhibirlos como grupos cerrados, herméticos, aislados, sin nexo, ni acción de unos con otros; quienes han presentado este panorama de la vida de Ixaçilan cometen dos errores: la primera es falsear los hechos, la segunda es incurrir en una falta de comprensión.

   Como dijimos ya al principio, efectivamente la vida de los hombres de este continente era uniforme en su desarrollo social, en la primera Edad Pre-Histórica Ohtonki; edad en que el hombre de los albores convivía con las fieras, cuando era encarnizado enemigo del mamut, en el N., y de los cuadrúpedos gigantes que corrían las zonas pantanosas de las Pampas; cuando aún veía espantado el hervor de la tierra por la boca de sus volcanes. El hombre de aquella época no conocía más armas que las ramas de los árboles, no tenía más abrigo que los follajes y las grietas de las peñas; en pequeños rebaños corría y corría de un lugar a otro persiguiendo su presa y buscando los frutos del temporal, dejaba a sus muertos abandonados en la superficie del terreno sin preocuparse si serían devorados por los Cóndores o por el, Ozelotl, pues aún no había aprendido a enterrar sus muertos, ni a conservarlos. Su rudeza era grande, al grado de que no se había fabricado aún ninguna especie de vestido, ni sabía hacer fuego y los animales de que se alimentaba los desgarraba simplemente con las uñas y los dientes.

   Cuanto tiempo, cuantos miles de años transcurrieron para que el hombre comenzara a salir de esa etapa? La respuesta es sencillamente difícil o casi imposible de contestar satisfactoriamente.

 

   Çikomoztok, es el nombre de la siguiente Edad, el hombre a aprendido a circunscribirse a zonas limitadas y de preferencia en las serranías donde encuentra refugios seguros en las cavernas; los grupos han adquirido gran unidad y en el alma de aquellos seres se agitan ya grandes ideas que se trasmiten por medio de narraciones, se intenta ya perpetuar la historia de la vida, y por eso, en las grandes rocas se esculpen figuras y escenas que para aquellas gentes eran su historia escrita.

   Telli, es la siguiente etapa en el desarrollo de la vida de los hombres de Ixaçilan, el hombre ha aprendido a utilizar algunas fibras vegetales, a tramarlas y hacer tejidos burdos, ya usa las flechas y lanzas y mazos de piedra que se han fabricado en la etapa anterior, más ahora se construyen los primeros hogares resguardados en las planicies y surge la primera forma arquitectónica que hará algo peculiar de Ixaçilan: el Telli (Terraplén) que con las consiguientes variantes será sin embargo general, desde las Pampas hasta las culturas del Mississipi. El hombre usa el fuego, inventa las formas más rudimentarias de cerámica y logra sus primeros esfuerzos en la agricultura y sienta los principios de una religión. 

   Teçancin, es el nombre de la Edad siguiente, es la época afortunada para el perfeccionamiento de todos los artefactos del hogar, de gran desarrollo de arte industrial, surgen las normas precisas de las relaciones familiares, el hogar se consolida, es sin duda alguna, la conquista más importante en la organización social. Creánse conglomerados o unidades sociales que se encierran en cercados o estacados de madera, a manera de pequeños poblados, de este modo se despierta en el espíritu humano la idea de que las familias allí comprendidas forman una unidad social y espiritual.

   Petl, es el nombre de la siguiente etapa, la experiencia ha demostrado al hombre que no está seguro en el simple Telli o en el Teçancin; sino que tiene necesidad de establecer puestos de defensa contra las hordas de pueblos rudos que ambicionan sus comodidades, pero que a falta de podérselas proporcionar por su inventiva, trabajo e invención, se adueñan de ellas por la rapiña, es así como surge el Peto (fortaleza), que posteriormente evoluciona hasta transformarse en los tiempos siguientes en algo muy importante. 

   Altepetl, es la institución sociogeográfica más importante, es a la vez la representación de la etapa de transición entre la época pre-histórica y la proto-histórica, es la época en que el hombre ha logrado un desarrollo social sorprendente, su cultura, es extraordinaria, ha surgido el libro, pero las guerras han también producido el incendio de las grandes bibliotecas, la escritura es maravillosamente simplificada, la medicina y la astronomía muestran sus prodigios y las grandes ideas de la filosofía tienen representaciones que corren el continente en todas direcciones predicando sus ideas.

   Estas consideraciones previas, nos permiten entrar en el estudio de las culturas Ixaçilankah atendiendo a su desarrollo individual y poder estimar su influencia y su valor histórico. Por eso consideramos indispensable establecer el concepto de Círculo de Cultura como un centro o zona de elaboración cultural, del cual irradian influencias sobre las otras zonas; pero estos Círculos de Cultura pueden ser tan vastos, como la porción geográfica ocupada por determinada raza, no siempre encierra la idea de la restricción especial.


 


Dr. e Ing. JUAN LUNA CARDENAS II

ORIGEN DEL HOMBRE AMERICANO 



EDITORA U.TL. I. AZTEKATL

APDO POSTAL M-8433
 

MEXICO D. F.

 

J   U   A   N      L   U   N   A      C   A   R   D   E   N   A   S


PARTE II


EL   ORIGEN   DEL   HOMBRE   AMERICANO

 

SEGUNDA EDICION

1962


Tlapaçkuilolli panpa Ueyi Tlatekpanaliztli I. Aztekatl

 

México D. F. Apdo. Postal 8433

 


JUAN LUNA CARDENAS

 

Dr. Emérito de la Universidad Internacional Moktezuma (Principado de Andorra).

Dr. e Ing. Químico de la U. N. A. M.

Presidente Vitalicio de la Weyi Tlatekpanaliztli Ikniuhtik Aztekatl.

Presidente de la Aztekatl Tlahtolmelauhkan (Academia de la Lengua Aztekatl).

Director Mundial del Instituto de Cultura Americana.

Miembro de Honor de la Academia de Historia y Heráldica de Atenas (Div. Roma).

Presidente de Honor de la Academia di Studi Pitagorici (Milan Italia)

 

Amoxoaki Teiknelilonkahua

Alle Rechte vorbehalten

Todos los Derechos, propiedad

del autor


I   T   E   Ç   T   L   A   K   O   L   I   L   I   Z   T   L   I

 

Inik pakaihyouiani no Nantzin, tlauika

Zoapilli, makizaloa noçintin Kualtiliztin to

Aztekauh Tetzokatl, omatik Oktakatika,

Teçmikanauatia I Pilhuan zen Nekamoçil

hualiztli.

 

        D   E   D   I   C   A   T   O   R   I   A

 

A mi abnegada madre, Princesa Tlauika,

que conservando todas las virtudes de nuestra raza Aztekatl, supo con su ejemplo legar un Porvenir a sus hijos.

                                                     

 

PROLEGOMENA

 

  Es sin duda alguna, lo difícil del problema, la fuerza magnética que arrastra nuestra mente a intentar resolverlo.

   La dificultad va orlada de grandes atractivos, tales como el variadísimo y aún paradójico paisaje americano, que nos muestra lugares calurosos en las grandes latitudes neo-boreales, pues no otra cosa son los caprichosos Mauvais Terres; o bien zonas frías en plenos trópicos, como son las nieves perpétuas de la zona tórrida que atrevidas fulguran como diamantes gigantescos; o como un capricho de las grandiosas civilizaciones que fructificaron junto a pueblos tremendamente rudos.

    Todas esas cosas exaltaron ya la mente de notables viajeros y abrieron una gran interrogación en el alma de los sabios, que en vano trataron de encontrar el origen de los nuevos hombres.

   ¿Pero no es acaso cierto, que el problema había sido cada día más embrollado a causa del juicio ya premeditado de los sabios que se han ocupado de resolverlo?

   Nos volvemos a ocupar de él, pero en un sentido nuevo, procedemos con absoluto orden, deslindamos campos; pero encontramos que estos campos son tan vastos que solo un aspecto sucinto de ellos sería suficiente para escribir un buen volumen
 
   Nos ocupamos preferentemente del aspecto antropofísico y solo como por accidente habremos de tratar algún aspecto antropopsíquico, problema del cual pensamos ocuparnos en volumen especial. (hasta aquí en la primera edición). 

   Muchas personas objetaron, no el fondo de mi obra en su primera edición, que fue muy limitada; objetaron –decían-, la forma, alegando que era el libro extenso e innecesarios algunos capítulos como el del estudio geológico, que además el libro abordaba simultáneamente, temas completamente disímbolos y que tratados así distraían y hacían confuso el problema propuesto. 

   Sin embargo hay razones poderosas para haber procedido así; por ejemplo. La mayoría de los historiadores, al tratar del Origen del hombre en Ixaçilan (América) aluden a los problemas geológicos y lo hacen con un aplomo digno de mejor suerte cuando dicen tantas inexactitudes.

   Quien habla de Ixaçilan (América), como si fuera ciertamente un apéndice asiático, quien como si fuera de África, ya de Europa o de Oceanía. 

   Otros historiadores han oído hablar, a más de la ocurrente y poética teoría de Alfred Wegener, de la existencia de otros continentes, para ellos misteriosos, como el de Lemuria, que efectivamente existió y suponen que los Ixaçilankah (Amerígenas) son los lemures, a quienes hacen el favor de considerar como sabios prodigiosos.

   Naturalmente para poder rebatir esas ideas desordenadas, necesitamos situar el aspecto geológico en su debida exactitud, para que no hagan frases literarias, a costa de oír nombrar tal o cual continente, sobre un problema que es fundamentalmente científico. 

   Los problemas de la edad de los seres y de los hielos, es tema que cada “diletante” estrecha o alarga a su gusto; o mejor dicho a sus prejuicios, para dar soluciones descabelladas sobre este mismo problema, he tenido que abordar el problema de la Geografía, climas, biologías de los antiguos  tiempos, para que se vea con realismo el problema.

   Otros muchos aspectos entre ellos el de las enfermedades, tan recientemente tratados, me obligan no solamente a conservar en esta edición los aspectos ya tratados, sino inclusive a ampliarlos a la luz de las modernas investigaciones para destruir todo cúmulo de errores, sean por ignorancia o por mala fe para los pueblos aborígenes de este continente. 

   Así presento esta edición, conservando todo lo esencial de la primera pero absolutamente ampliada en el contenido de varios capítulos, a fin de llegar a conclusiones ampliamente demostradas como científicas.


 

  

2ª. CONFERENCIA DEL DR. E ING. JUAN LUNA CARDENAS.
 

En Tribuna Filosófica en noviembre de 1958
 

   Cualquiera podría pensar que el problema del origen de la población americana ha dejado de ser problema por el hecho de que una gran población blanca y negra comprime social y económicamente a los antiguos habitantes de este continente que llevara el galano nombre de Ixaçilan (América). En realidad ese problema no puede desaparecer muy a pesar de que existan tendencias poderosas a borrarlo y desvirtuarlo de su verdadero contenido científico y real, que lo han encausado por el mal camino del sentimentalismo místico o con la intención preconcebida de una tendencia dominadora encubierta de matices sociales y antropológicos por ciertos escritores.

   El problema no puede desaparecer por la sencilla razón que está ligado con una solución científica del origen mismo del hombre en la Tierra.
 

   En la época en que los iberos y Colón los primeros esclavistas que pusieron estigma de negra conducta en este continente, llegaron a sus islas y riberas continentales y encontraron población humana, en ese mismo momento se tambalearon LAS SAGRADAS ESCRITURAS que como dogma imperante aseguraba que todo el linaje humano era UNO SOLO, SIN DIFERENCIA DE  RAZAS PUESTO QUE PROCEDIAN DEL UNICO TRONCO DIVINO DE ADAN Y EVA. Entonces para ajustar la realidad con la mitología, se hizo venir a los hombres como fantasmas, de otros lugares donde ya antes eran conocidos. Pero los naturalistas, metieron “el choclo”, pues comenzaron a hablar de diferencias raciales y fue así como se complicó el problema. 

   Desde entonces en todas las escuelas de América se han venido enseñando una serie de falsedades, una serie de absurdos que han dominado la mente y el sentido de todos los hombres a tal grado, que nos sentimos aterrados cuando a los más altos dignatarios de la ciencia o de la política los oímos opinar sobre un problema que ciertamente en su aspecto científico, desconocen completamente.

   Los más destacados investigadores que han penetrado por la puerta de la ciencia en este aspecto, se muestran con abierta oposición con la opinión mantenida por pedagogos y demagogos que confeccionan la educación de Ixaçilan (América); así por ejemplo, el ilustre investigador Brinton en su obra The American Race, dice: “La diferencia de la especie humana en varias razas con características permanentes y como habitadoras de determinadas áreas, tuvo lugar en los principios de la presente Era Geológica”.
 

   Cada raza se desarrolló en una área continental. En Europa el tipo blanco, rubio raza A1 (raza Ario-germana).
 

   En el Mediterráneo comprendiendo Medio Día de Europa y Norte Africano, vivió la raza Rubio-rojiza tipo B1 y entremezclándose con ella como parte del área Australo-africana la raza B1 de tipo Negro. En Asia oriental se desenvolvió la raza B2 de tipo Amarillo. Mientras que en el Asia Menor se desenvolvía el grupo A2 de tipo blanco pecoso rojizo (pueblos semitas). Y en América, el tipo rojo de la raza OA1.
 

   Esta clasificación que seguramente podrá sorprender a los que se informen del presente trabajo, no corresponde en todo a la clasificación usual que ellos han visto en los libros de antropología física, por la simple razón de que aquella clasificación no es científica en tanto que la que expongo, está basada en investigaciones Bioquímicas. 

   La ignorancia de Colón hizo que se diera a los habitantes de Ixaçilan el nombre de Indios, esto es hombre de la India, y que actualmente cierto tipo de benefactores con postura paternal, han cambiado al de Indígena, no supieron siquiera darle el aspecto de ser derivado de Indígena, gente de la India; o el de indígena de indigente; claro que usar estos nombres con cualquier sentido, es introducirse en la ignorancia de Colón y sus secuaces, o en la demagogia de los indigenistas; y en ambos casos se comete un error contra la cultura.

   Cuando los viajeros comprobaron que América no tenía liga con Asia, se pretendió explicar el origen de la población amerígena, basándose en los mitos bíblicos. Lo primero que se trajo a cuento fue el desperdigamiento de las tribus perdidas de Israel, pero si se pusieran a pensar que esas tribus estaban perdidas desde antes de desaparecer, no habrían pensado en encontrarlas convertidas en patagones o fegüinos. Cuando no daba resultado hablar de las tribus navegantes, se sacaba a cuento el asunto de la torre de Babel, como lo hicieron los cronistas clericales hispanos, deformando los textos de nuestra Historia.  

   Otros escritores soñaban con hermosas leyendas que nunca supieron interpretar a causa de la cortedad de su propio espíritu y conocimiento. Por ejemplo la bella cuanto brumosa leyenda de la Atlántida, porque sacerdotes egipcios dejaron relatos muy importantes por cierto, sobre cosas que supieron y ocurrieron y que Platón posteriormente recogió como un sueño de las brumas marinas. Por ello se ha supuesto que el pobre continente Americano no ha tenido hombres como primitivos pobladores, sino que los atlantes, después de la destrucción de su país, fueron emigrando y llegaron a América.

   Otros escritores más audaces aún piensan en construir otros continentes legendarios como el de Lemuria. 

   Sin embargo, lo más absurdo de todo esto es, lo que con propiedad de investigador Brinton ya citado, dice: “Apenas menos increíble son las teorías  que AUN TIENEN DEFENSORES de que el continente fue poblado directamente por chinos, japoneses o polinesios y HASTA HAY QUIEN HAYA HECHO UN MAPA EN QUE MUESTRA LAS RUTAS POR LAS CUALES SUPONEN el que los asiáticos arribaron a América” (Brinton obra citada). “Probablemente, la teoría favorita de nuestros días es la de que los primeros habitantes del Nuevo Mundo vinieron del Noreste de Asia, por las islas Aleutianas, o cruzando el Estrecho de Behering”, Brinton pag. 29 ob. cit.

   Pero lo ocurrente del caso es que cuando se ha querido comprobar la hipótesis, al explorar las islas Aleutianas, se vio que poseen una lengua y arqueología procedentes de una primitiva población americana y no asiática. Y que las islas más próximas a Asia, están separadas por centenares de millas de un mar particularmente tormentoso, imposible de vencer en condiciones usuales.
 

   El Estrecho de Behring tiene aspectos interesantes, como el que de una a otra orilla se puede ver. Las tribus asiáticas y americanas se comunican frecuentemente, produciendo influencias recíprocas, ya sanguíneas y culturales, pero es enormemente mayor la afluencia de América para Asia, que de este continente al nuestro.
 

   En tiempos anteriores a la glaciación, es evidente  QUE EL HOMBRE DE AMERICA YA EXISTIA y cuando el hombre, que pretenden hacer pasar de Asia, puede hacerlo por Behring, el sentido de los glaciares, que era de América sobre Asia, produjo una hecatombe, imposible de vencer. Por otra parte los estudios geológicos demuestran que durante el Gran Hielo (período glacial), la extensión de las nieves en América fue tan considerable, que abarcaron hasta las regiones de Colorado, Ohio, Delaware y el sur de los Apalaches en las llanuras del Sur. Entonces es cuando surge la gran pregunta que se han formulado algunos escritores: ¿No se originó el hombre en este continente?
 

   La cuestión hasta ahora se ha contestado, o mejor dicho se ha complicado con frases intencionadas y con creencias y decires; pero en verdad que este asunto no se puede dilucidar con fraseología ni opiniones, por muy autorizadas que parezcan, sino con hechos naturales contundentes. SI SE DEMUESTRA QUE ANTES DE LOS HIELOS HABIA HOMBRES QUE CONVIVIAN CON LOS GRANDES ANIMALES DE AMERICA, LA PREGUNTA QUEDA CONTESTADA. 

   1.- Es el caso muy importante de que California, en el Condado de Calaveras, fue encontrado en las mejores condiciones, un resto humano. El terreno en que se hizo el hallazgo, es de grava aurífera, formada por el lecho más bajo del lago de la Gran Cuenca. La edad es indiscutiblemente pre-glacial y corresponde a una época que media entre el final de la Era terciaria y los principios de la Cuaternaria.

   2.- En las Rocallosas, en Black Mountain, al hacer una cala de una mina, a una profundidad de más de cien metros fue extraída una masa de roca terciaria, o ígnea de origen, que envolvía materialmente una quijada humana. La edad fue definida como pre-glacial.
 

   En 1870 fue encontrado en el Peñón de los Baños, en un piso inferior del lago, un trozo de roca volcánica en cuya masa se encontró aprisionada una quijada humana.
 

   En Nicaragua se encontró una roca que en estado de blandura fue pisada por un hombre pequeño y dejó marcada su huella de pie. La cosa no tendría mayor importancia, si junto a ella no se hubiera encontrado la huella de una pata de ave gigantesca desaparecida durante la primera glaciación, lo cual revela el origen pre-glacial del hombre que pisó esa roca. 

   En Brasil, en la provincia de Minas Gerae, fueron descubiertos restos humanos por el Dr. Luna, precisamente reposando sobre el suelo rojo guaraniano de la época terciaria.

   Y así se podrían multiplicar una gran cantidad de ejemplos que informan como hechos naturales, que el hombre vivió en Ixaçilan (América) como originario de ella desde los finales de la Era Terciaria.
 

   Los frecuentes hallazgos de instrumentos y restos humanos en los depósitos de gravas glaciares que fueron investigados parcialmente por el Dr. Abbot (en Trenton y Delaware). Todos han tenido confirmación de simultaneidad en Ohio, Indiana y las morrenas de otros lugares, de donde se extrajeron paleolitos. Los descubrimientos de Abbot incluyen varios cientos de utensilios de piedra del verdadero tipo paleolítico o chelense y algunos fragmentos de esqueletos humanos. “Revelan –dice Brinton- no solamente la presencia del hombre sino un grado de cultura estrictamente comparable a la de los hombres de los terrenos de aluvión del Támesis y del Somme en la Europa occidental, que también ha sido descrita por de Mortiller”.
 

   Y no debe extrañar este hecho, ya que en otros varios lugares se comprueba que América fue cuna de la vida no solo del hombre, sino de muchas especies de animales que surgieron primeramente en este continente y posteriormente pasaron a Europa, como ocurrió con el caballo. Pues el caballo como el elefante, surgieron primeramente en nuestra tierra, mucho antes de que los hubiera en cualquier otra parte del mundo. Los biólogos alemanes que han explorado, lograron determinar toda la línea evolutiva del caballo, desde el primer representante de la especie que era como un perro, con una pata de 5 dedos y tamaño como la de un perrito mediano, el cual se fue modificando durante el curso de los siglos hasta perder, primero dos dedos y engruesando el de en medio; luego se atrofiaron los dos dedos laterales y quedó solamente la pezuñita, en tanto que las variedades iban creciendo, pasando por la forma Poney que de Ixaçilan pasó en una época geológica aún no precisada a Islandia, donde quedó estacionario y no evolucionó más y ese lugar es en el cual posteriormente, fue localizado por los europeos y de allí tornado a América.
 

   Otra importante especie de caballo, es el caballo de las primeras especies que se usaba entre los Aztekah para engordar y comer, pero que conservando su tamaño pequeño y su pata de cinco dedos, los iberos, ignorantes en aquel entonces, lo describen en sus relaciones como “un perro raro que es mudo porque no ladra, y los indios tienen la costumbre de comer”. Claro, como iba a ladrar sino es perro, sino una especie de caballo primitivo que no evolucionó, como otras de sus ramas.
 

   En cuanto al elefante, bien sabido es que surgió en América mucho antes que en África y Asia, y mucho antes de las glaciaciones y que durante las glaciaciones, su organismo en lucha con el clima, se conformó a la resistencia, produciendo lana para que lo cubriera. Existen dos importantes teorías sobre la extensión del elefante de América, hacía las otras partes del mundo; una de ellas supone que el elefante anterior a las glaciaciones, pasó juntamente con el caballo por Islandia a Europa, por un puente terrestre y que bajó a las cálidas regiones de África donde prosperó sin modificaciones posteriores.
 

   La otra, es que durante los hielos, el elefante lanudo o Mamut, huyó de América hacia el continente asiático penetrando por Siberia, lugar donde quedó aprisionado en las heladas marismas de aquella región, entonces archipielar, pues no estaba consolidado el suelo continental. Todos Uds. Saben que hace unos años efectivamente fueron encontrados por los exploradores rusos, Mamuts enteros, conservados en blocks de hielo fósil que data de más de trescientos mil años, pero la importancia es que, esos bancos de hielo fósil revelan que Siberia no era porción continental, sino pantanosas marismas de extenso archipiélago y que posteriormente se fue formando el suelo de Siberia que cubrió los bancos de hielo dejándolos bajo los lodos de acarreos posteriores.
 

   Por otra parte, existe el importante dato de que ninguna de esas marismas han sido encontrados restos humanos o utensilios de hombres que tuvieran que luchar con el Mamut, en tanto que en Ixaçilan o sea en América, si se han encontrado los utensilios de lucha con que el hombre de este continente perseguía a los Mamuts.
 

   De ello se deduce que las formas más importantes de la vida y del hombre mismo, han emprendido una salida de este continente hacia las otras regiones de la tierra y han dejado su huella inconfundible, por haber sido precisamente los amerígenas, los descubridores de Asia y de Europa en los más recientes tiempos de la vida del hombre.
 

   La comprobación de la vegetación y animales, en las más elevadas latitudes de los continentes americano y europeo, revelan claramente la identidad. Por ejemplo, algunas especies de caracoles terrestres aparecen en el Labrador y en Europa, y la flora de Groenlandia, aunque Americana en el Norte. Es evidentemente europea en el Sur.
 

   En las formaciones del Plioceno en Inglaterra, en los despeñaderos de Norwich y el despeñadero rojo de Suffolk, aparecen no menos de 18 especies de moluscos americanos, de los cuales solamente 7 existen en las costas de Escandinavia y los restantes, solo se encuentran en Norte América.
 

   De todo lo expuesto se comprende fácilmente que las versiones dadas por los fabricantes de teorías y libros oficiales de historia, están en abierta contradicción con los hechos naturales y que por su calidad de hechos, no pueden ser puestos ni siquiera a discusión; mucho menos en duda. Además, los procedimientos de investigación se han encadenado de tal forma, que unos han llevado a la observación y descubrimiento de otros nuevos, y de ellos se han tenido como inferencia, la teoría de que la población animal y vegetal de América ha sufrido durante ciertos periodos geológicos un desplazamiento hacia las otras partes del mundo; que el hombre ha existido en nuestro continente como poblador original y que posiblemente de aquí fue a otras partes del mundo, donde encontró otros hombres semejantes a él, puesto que el hombre ha surgido simultáneamente en diversas regiones del globo.

   Como se ve, esta se puede considerar como una verdadera teoría por el hecho de que es una interpretación científica, de hechos naturales, pero está en abierta contradicción con las hipótesis teológicas de que América era un continente despoblado, indigno de ser tomado en consideración con la deidad, para darle gente propia; y que solamente las otras tierras privilegiadas, merecieron el favor divino de ser pobladas con la única raza agraciada y en gloria de Dios; es decir, los hijos de Adán y Eva, y que de ellos descienden como pródigos y descarriados miserables, los pueblos americanos
 

   Esta enseñanza sostenida oficialmente en muchos países y en muchas instituciones seudo-científicas y por muchos seudo-sabios, tienen como principal fin ser los baluartes encubiertos de barniz de ciencia, del centro sentimental-religioso-teológico que aún en nuestra época no se conforma con perder el predominio del poder sobre las mentes y los sentimientos y para ello no se arredra para utilizar mentiras confeccionadas previamente.
 

   Estamos por tanto en presencia de dos tendencias: La vieja tendencia de prejuicios teológicos que aún insiste en mantener viva su hipótesis de u origen asiático del hombre americano. Por otra parte, confrontamos la teoría conformada como inferencia del análisis de hechos naturales reales que nos muestran que el hombre ha sido, es y seguirá siendo, originario de América y dueño de su tierra como legitimo poseedor originario. Que el hombre en la tierra no proviene de un solo tronco, sino que ha surgido poligenéticamente en diversos lugares del globo terrestre, al mismo tiempo.



 

DONDE ESTA EL ORIGEN DE LA POBLACION AMERICANA?

  
 

   Este tipo de Esquemas, NADA TIENEN DE CIENTIFICOS, ni son productos de investigación. SON PRODUCTO DE UNA IGNORANCIA IMAGINATIVA. Cuando, NO de pérfida intencionalidad de esconder el problema económico que los mueve, ya que al afirmar “El Amerígena emigró de otras partes y OCUPO la tierra continental…”

   Están laborando mentalmente por si:

¡ Si ellos (amerígenas), llegaron de otras partes, nosotros que hemos invadido después..también TENEMOS DERECHO DE APODERARNOS DE LAS TIERRAS!

   Y NO COMETEMOS LATROCINIO A DUEÑOS.